Se conocen como productos derivados a la familia o conjunto de instrumentos financieros, cuya característica distintiva es que están vinculados a un valor subyacente o activos de referencia.
El origen de los productos derivados en su función de instrumentos de cobertura se basa en la existencia de fluctuaciones de precios en los productos agroindustriales y materias primas que en condiciones de elevada volatilidad afectan en algunos casos adversamente a quienes con ellos operan.
Basándose en esta realidad es que hacia el año 1972 comenzaron a desarrollarse los primeros instrumentos derivados financieros. Los activos de referencia para estos son inicialmente títulos representativos de capital o de deuda, índices, tasas y otros instrumentos financieros. Los principales derivados financieros son: futuros, opciones, opciones sobre futuros, warrants y swaps.
Como datos históricos, cabe destacar que a mediados de la década de los años 80, el mercado de futuros, opciones, warrants y otros productos derivados tuvo un desarrollo considerable y, es en la actualidad que los centros financieros más importantes del mundo negocian este tipo de instrumentos. Es recién hacia fines de esa década que el volumen de acciones de referencia en los contratos de opciones vendidos cada día llegaba a superar al volumen de acciones negociadas en el New York Stock Exchange.
Dentro de los activos subyacentes más utilizados para la emisión de contratos de derivados financieros encontramos acciones individuales, canastas de acciones, índices accionarios, tasas de interés y divisas principalmente.
Los activos subyacentes conocidos como underling assets según su terminología en inglés se refiere a los activos sobre los cuales se realizan acuerdos de emisión de opciones, futuros, swap u otros instrumentos financieros derivados.
El valor del instrumento derivado, surge a través del valor del subyacente; este es por lo tanto la fuente generadora del valor para el instrumento principal.
Existen diferentes formas que puede asumir el activo subyacente, así el mismo podrá ser un activo normal o un “tipo”, es decir un tipo de interés o un tipo de cambio entre otros ejemplos. De la misma manera el activo subyacente podría estar representado por un índice de referencia de renta fija o variable o incluso a través de créditos de referencia.
En cuanto a la definición, podemos decir que el subyacente es un activo que está sujeto a un contrato normalizado y es el objeto de intercambio en los mercados de productos derivados. De esta manera, el activo subyacente se toma de referencia en la negociación de un activo derivado y sobre el que se establecen los contratos de futuros
Es importante puntualizar la siguiente distinción:
- Por un lado no existen derivados sobre la totalidad de activos existentes. Es importante que los activos posean una cierta demanda y liquidez para que sean objeto de la realización de algún tipo de contrato de negociación entre ellos.
- En cambio, es de destacar que se realizan contratos de derivados sobre activos ficticios como pueden ser determinados índices bursátiles o tasas de interés, justamente motivado en la existencia de una demanda latente sobre contratos en los cuales se los considere.