Todos recordamos hace unas pocas semanas la conmoción resultante de la quiebra del que fuera el cuarto banco de inversión mundial: Lehman Brothers. En ese contexto, varias entidades bancarias españolas quedaron “presas” de bonos que poseían en cartera muchos de los fondos de inversión de Renta Fija, catalogados como de bajo riesgo pero que tenían esos papeles incobrables.
En los últimos días dos bancos españoles, el Banif y el Fibanc han decidido salir al rescate de los inversores que poseían esos bonos en las carteras de sus fondos de inversión.
Fibanc, filial española del Grupo Mediolanum, ha decidido acudir al rescate de los 1.418 de sus clientes en España, con un patrimonio medio de 110.000 euros, destinando un máximo de 120 millones de euros a esta medida de amparo destinada a los más de 10.000 clientes del grupo –entre España e Italia– con bonos de Lehman.
De este modo, Fibanc garantizará el capital neto de las emisiones de 2015 que sus clientes tenían depositados en productos financieros de Lehman, comercializados dentro de un seguro de vida. Lo hará con la sustitución de los productos del banco fallido con obligaciones con el mismo nominal de entidades españolas e italianas con solvencia.
Por su parte Banif, que vendió esos bonos por unos 500 millones de euros, tomó una decisión parecida. Aunque oficialmente sólo reconoció que «está buscando una solución para sus clientes«, otras fuentes aseguraron que se hará cargo de toda la deuda. En principio, el plan es sustituir los bonos de Lehman por otros que emita otra entidad, probablemente el Santander.
De esta forma, los clientes no recibirán todo el importe de su inversión sino lo que correspondería al valor de su bono si Lehman, que era el emisor, no hubiera desaparecido. Dado que casi todos estaban referenciados a índices o valores de Bolsa, su valor actual es menor.
Tengo un familiar en España afectado por la crisis que afortunadamente era cliente de Banif. Al principio estuvo muy preocupado pero luego se tranquilizó porque el banco le ha propuesto el canje por bonos emitidos por Abbey, dice que es la primera vez que una entidad le ofrece una solución de este tipo a un problema de esta naturaleza, y no es la primera vez que invierte porque ha estado más de veinte años jugando en Bolsa.