Dentro de la enorme gama de productos financieros con los que podemos encontrarnos, sin duda, más de una vez, el usuario hubiera accedido o bien ha escuchado hablar de los denominados productos financieros derivados. Sin embargo, no muchas veces profundizamos sobre este tipo de productos desde un punto de vista global: qué son, qué aportan, qué riesgos pueden asumir, qué tipos existen… vamos a tratar de acercarnos a todos estos conceptos sobre los productos financieros derivados en el presente artículo.
Una definición muy ajustada, inicialmente, es la que la propia CNMV aporta sobre estos instrumentos financieros: Los productos derivados son instrumentos financieros cuyo valor deriva de la evolución de los precios de otro activo, denominado “activo subyacente”.
Dicho de otra manera, un derivado vendría a ser la contratación en un plazo determinado de un activo subyacente pero, en la que las condiciones y los detalles se aplican en el momento del acuerdo mientras que el intercambio real se realiza en algún momento en el futuro.
Es importante tener en cuenta que los denominados activos subyacentes no se sujetan a un único concepto, realmente pueden ser muy variados e ir desde una acción hasta los tipos de interés, pasando por divisas, materias primas, valores de renta fija…
Simplificándolo, diríamos que adquirimos algo al precio de hoy, pero, lo recibimos en un plazo determinado, por ejemplo un mes, la fluctuación del valor de mercado de ese producto que hemos adquirido es la que correrá a nuestro favor… o en contra.
Más técnicamente diremos que se trata de un modelo de producto que se sujeta al efecto del apalancamiento: en este caso la inversión que realizamos inicialmente no es elevada si la comparamos con la exposición al subyacente que podemos obtener, es decir los resultados pueden multiplicarse, pero, ojo, no sólo en sentido positivo, es decir, podemos obtener resultados positivos pero también negativos dentro de esta exposición, la conclusión es obvia por tanto: se trata de productos con un alto riesgo
La gestión y operativa de los derivados
Estos productos se pueden negociar tanto en los mercados organizados como en los no organizados. En el caso de nuestro país, el mercado oficial de futuros y opciones financieras es MEFF en el que vamos a encontrar las negociaciones sobre futuros y opciones tanto del IBEX35 como de acciones individuales, que también, de algunos futuros sobre renta fija.
Las negociaciones dentro de un mercado organizado tienen sus propias características. En primer lugar el importe nominal, el activo subyacente y la fecha de vencimiento siempre están predeterminadas y el inversor no las va a poder modificar, es decir estamos ante contratos estándar. Por otro lado, si es posible comprar o vender el contrato en cualquier momento de la sesión de negociación, es decir no debemos esperar a a la fecha de vencimiento.
En este contexto las negociaciones se realizan siempre a través de intermediarios autorizados que, cómo podemos entender, deberán ser miembros del mercado MEFF.
Por último, aunque no ocurre siempre, en determinados casos (por ejemplo las ventas de opciones y futuros) puede ser necesario realizar un depósito de garantías que venga asegurar el cumplimiento de las obligaciones de pago.
Principales Productos Financieros Derivados
Futuros: se trata de contratos por los que intercambiamos una cantidad concreta de un activo subyacente a un precio convenido de antemano en una fecha futura predeterminada. En este caso el comprador adquiere lo que se denomina posición larga, en la que al vencimiento de su contrato tiene derecho a percibir el activo subyacente, pero también, puede cerrar su posición en el mercado antes de vencimiento vendiendo futuros. La posición corta sería la del vendedor de futuros que es el que adquiere el compromiso de entregar el activo subyacente del vencimiento a cambio del precio establecido el contrato.
Opciones: en este caso nos encontramos con un modelo de contrato en el que el precio de la opción es lo que el comprador va a pagar por tener el derecho a la compra de una determinada parte de un activo subyacente dentro de un plazo estipulado (a un precio también pactado de antemano) en la fecha de vencimiento el comprador tendrá la posibilidad de ejercer o no ese derecho, en este caso a través de la diferencia entre el precio fijado para la operación y el precio que en ese momento presenta el activo subyacente. Existen diferentes tipos de opciones: las que se organizan en función del derecho otorgado, es decir la opción de compra (call) o la opción de venta (put), también las que se organizan a partir del momento en que pueden ejecutarse, encontrando aquí la opción americana que se puede ejercer en cualquier momento hasta la propia fecha de vencimiento, o la opción europea que sólo puede ejercerse en la fecha del vencimiento.
Warrants: se trata de productos negociables que añaden el derecho de compra o venta de activos subyacentes a un precio de ejercicio para plazos determinados. Debemos señalar que la adquisición aporta el derecho pero no la obligación de compra venta en la fecha de vencimiento, en este caso ejercer o no el derecho va a depender de cual resulte ser el precio del subyacente en relación con el precio del ejercicio, aquí también encontramos compra (call) y venta (put). Vamos a poder acercarnos a activos muy variados, que van desde valores de renta variable hasta materias primas, pasando por índices nacionales, índices extranjeros, tipos de interés… También aquí se aplica el tipo americano donde podemos ejercer los derechos durante toda la vida del producto hasta el propio vencimiento o el tipo europeo donde sólo se pueden ejercer los derechos en el vencimiento.
Certificados: se trata de valores que vienen a replicar un activo subyacente y la evolución del mismo, esto genera un derecho para poder recibir un importe determinado sobre nominal del certificado, siempre a partir de la posible variación del subyacente. Se puede tratar de cestas de acciones, materias primas, índices bursátiles y son emitidos por entidades financieras y negociados en bolsa, a quien debemos señalar que la negociación en la bolsa de nuestro país puede incorporar certificados exentos de la obligación de registro de folleto ya que han sido emitidos fuera de España y poseer lo que se denomina pasaporte otorgado por la CNMV.
Compra-Venta Opciones (Contrato): en este caso nos encontramos con la posibilidad de contratos de venta de opciones sobre subyacentes concretos, pueden ser índices, cestas de acciones, acciones. En este caso las emisiones siempre deben tener folleto de emisión registrado, y funcionan a partir del establecimiento de un precio inicial del subyacente al que se referencia el producto en la fecha concreta y señalada en el folleto informativo. Los intereses se abordarán en cualquier situación del mercado subiendo o bajando subyacente, generalmente esto se realiza al vencimiento, también la devolución del capital al vencimiento generalmente viene a depender de condiciones que tienen que ver con la evolución del subyacente a lo largo del periodo de vigencia: no se negocian en mercados secundarios oficiales, son productos ilíquidos que se mantienen hasta vencimiento.
CFD: Contratos por Diferencias, en este caso el inversor y una entidad financiera vienen a acordar el intercambio de la diferencia entre el precio de compra el precio de venta de un activo subyacente. Son productos que se atienen a muchos particularidades y riesgos específicos, ya que no son productos estándar, por eso mismo vamos a encontrar cuestiones como la negociación de forma bilateral, el riesgo de contraparte la cotización fuera de mercado regulados… Se trata de productos apalancados de riesgo alto, esto significa que pueden ocasionar pérdidas superiores a la capital inicial, y, tampoco se negocian en mercados secundarios oficiales, lo hacen en plataformas establecidas por la propia entidad financiera emisora.