Es probable que cuando hayas escuchado hablar de diferentes formatos de inversión hayas oído citar a los futuros. Se trata de una figura interesante que, sin embargo, no es muy conocida, y esto se debe a que es un producto derivado, que puede traer consigo grandes rentabilidades, pero también grandes pérdidas.
Qué son los futuros
Un contrato de futuro se establece entre dos partes. En ese contrato ambas partes quedan comprometidas al intercambio de un activo subyacente en un periodo establecido de antemano, con un precio también fijado.
El activo subyacente puede ser de diferente composición, podemos hablar de activos financieros, pero también de materias primas, activos inmobiliarios, etc. Quien adquiere el compromiso de compra tiene la obligación de realizar la compra en el vencimiento. Mientras que, quien la que el compromiso de venta debe cumplir con su compromiso al precio establecido. Por tanto, en un acuerdo de futuros, se establece un precio para un activo y este activo cambia de manos al precio predeterminado en su fecha de vencimiento.
Cuando se habla de precio de futuros, lo que se hace es trasladar el precio del activo en el momento a la fecha de vencimiento. Y ahí se tienen en cuenta intereses y otros elementos añadidos.
Los futuros financieros
Los futuros financieros, en nuestro país, se encuentran regulados a través de un real decreto y se negocian dentro del Mercado Oficial de Opciones y Futuros Financieros de España (MEFF), bajo la supervisión de la CNMV.
Los futuros financieros son, como indicamos, productos financieros derivados. Sus cotizaciones van a depender de los movimientos del activo subyacente en cada operación. En este caso, a diferencia de otros productos financieros, el importe nominal, el objeto y la fecha de vencimiento se estandarizan en las propias condiciones de manera estable.
Otra diferencia con otros productos financieros derivados es que los futuros pueden ser negociados en bolsa. Existen de hecho bolsas de derivados de gran importancia como Eurex.
Desde el punto de vista operativo encontramos tres grandes grupos de operaciones:
- Las especulativas: en las que se adquieren futuros aprovechando mercados alcistas y se venden aprovechando mercados bajistas. Se trata de búsqueda de rentabilidad a corto plazo, y por tanto son operaciones de alto nivel especulativo.
- Las de cobertura: en este caso lo que se busca es la reducción (y si es posible la eliminación) de riesgo de las fluctuaciones de los precios de los activos subyacentes. Habitualmente se utilizan en entornos bajistas y se planifican para tratar de proteger el precio de acciones en caída.
- Las de arbitraje: en este caso nos encontramos ante operaciones negociadas en diferentes mercados. Estas operaciones se basan en la compra en el mercado donde el activo se halle más barato y en la venta donde el activo se halle más caro.
No se trata de un producto financiero para cualquiera. De hecho, a pesar de la evolución que han tenido en los últimos años en dirección a acercarse a un mayor perfil de usuarios, sigue siendo un producto con riesgo y que debe ser operado con conocimiento de.