Si usted es un ahorrador que habitualmente ha colocado su dinero en depósitos o productos garantizados, o va a comenzar ahora precisamente para plantearse cómo invertir o qué hacer con el dinero destinado al ahorro, es más que probable que le hayan hablado u ofrecido fondos de inversión. Efectivamente, los fondos de inversion han crecido mucho en los últimos años y se han convertido en una alternativa viable al ahorro tradicional, sin embargo, resulta conveniente conocer a fondo qué son y cómo funcionan estos productos.
El conocimiento de lo que representan y cómo funcionan estos instrumentos de ahorro resulta básico antes de la contratación de un fondo de inversión, no en vano, una contratación no adecuada nuestro perfil inversor o mal realizada puede repercutir de manera muy grave nuestro bolsillo.
Qué es un fondo de inversión
En una definición rápida diremos que se trata de un mecanismo de ahorro e inversión colectiva, en el que un número elevado de personas muestran su deseo de invertir su dinero con unas características concretas determinadas por el propio fondo.
El trabajo del fondo es poner en común el dinero de todos estos ahorradores e inversores, mientras que, la función de la gestora es la de invertir ese dinero en activos que tengan que ver con las citadas características del producto. Éstos activos pueden ser de lo más variado, y pueden alcanzar acciones, títulos de renta fija, derivados, activos monetarios, otros fondos de inversión, o la combinación entre todos estos elementos.
Cómo funciona un fondo de inversión
Cuando realizamos una aportación a un fondo de inversion, lo que realmente hacemos es adquirir un porcentaje de la cartera de dicho fondo. Esta parte, a la que denominamos participación, establece según su precio en una fecha concreta lo que conocemos como valor liquidativo. De este modo, cuando adquirimos participaciones estas basarán su cantidad en función tanto del dinero que aportamos como del valor liquidativo: por ejemplo, si aportáramos 1000 € en un fondo con un valor liquidativo de 100 € adquiríamos 10 participaciones. Aquí hemos aplicado números redondos, sin embargo, debemos tener en cuenta que, a diferencia de las acciones cotizadas en bolsa, rara vez vamos a encontrar un número de participaciones entero, de hecho muy rara vez ya que los valores liquidativos generalmente van a presentar cifras con decimales.
Una vez hemos aportado nuestro dinero distribuido en participaciones, comienza el trabajo de la gestora. La gestora realmente lo que hace es canalizar las nuevas aportaciones y aumentar con ellas las inversiones, tal y como indicábamos anteriormente dependiendo del tipo de fondo, estas inversiones serán unas u otras.
Debemos tener en cuenta que el total de dinero que el fondo posee, y aquí se incluyen no sólo aquel que está invertido sino también el que no lo está, constituye lo que se denomina patrimonio del fondo. Por otro lado, los títulos que posee el fondo (las obligaciones, las acciones…) se vienen a denominar activos del fondo y realmente constituyen en conjunto lo que denominamos cartera del fondo de inversión.
Una buena manera de visualizar todo esto para un inversor novato es centrarse precisamente en la cartera del fondo: con nuestra aportación pasaremos a ser propietarios de una parte de esa cartera, de hecho, con cada participación que adquirimos reproducimos a menor escala toda la estrategia inversora de la cartera, es decir, cada una de nuestras participaciones es una muestra en pequeño de cómo invierte la cartera en general.