Después del esperpento de la caída de valor de Bitcoin en los últimos meses parece que la principal criptomoneda del mercado comienza recuperar cierto pulso.
Esto nos resitúa, seguramente, en un entorno en el que envolverá la demanda de inversión y también en el que el debate sobre los fondos de inversión sobre Bitcoin se volverá a abrir.
Si no hace mucho asistíamos a la autorización implícita (sin declaración) de la SEC para la entrada al mercado de un fondo de inversión sobre futuros de Bitcoin, el debate sobre los fondos de inversión directa y derivada en cripomonedas, está servido desde hace tiempo y es más candente que nunca.
¿Cuáles son los miedos a los fondos en criptomonedas?
Realmente debemos valorar dos aspectos fundamentales:
- La regulación: llevamos apenas una década conviviendo con los activos digitales y los servicios financieros convencionales aún no saben cómo enfrentarse a esta nueva realidad que, por otro lado, ha llegado para quedarse
- La volatilidad: nunca en la historia de los mercados tal y como los conocemos sea asistido a un entorno tan volátil capaz de proporcionar rentabilidades impensables, y pérdidas inimaginables en tan sólo cuestión de segundos
La posición de los bancos centrales y las autoridades económicas gubernamentales suele ser muy ambigua. Se tiende a aceptar que se trata de activos que no se van a marchar y con los que vamos a tener que convivir, y tarde o temprano regular, pero el carácter descentralizado y un ecosistema que aún no se comprende del todo desde el punto de vista de la aplicación, hace que se tenga miedo estructural a admitir este modelo económico digital.
Es comprensible. Las estructuras financieras convencionales tardan mucho tiempo en evolucionar ante avances reales del mercado que, en una sociedad en la que la tecnología va muy por delante de su propia aplicación, generar confusión y duda.
Y es que, no tenemos más que echar un vistazo a los análisis de mercado para ver cómo, todavía hoy en día, no son pocos los analistas que hablan del mercado de cripomoneda como una burbuja que tarde o temprano morirá. Y en este contexto parece bastante lógico que los reguladores tengan dudas, miedo y prefieran incluso el silencio.
¿Veremos fondos directos o derivados en Bitcoin?
De hecho, ya los hay, pero sorteando la legalidad aprovechando los vacíos. La realidad es que tendemos a pensar que, efectivamente, los activos digitales acabarán incorporándose de manera plena e integrándose los servicios financieros convencionales.
Y ojo, no al revés, no serán los servicios financieros los que se integren en los activos digitales ya que la tecnología es la que está marcando el ritmo de hacia dónde van nuestras finanzas personales y será a partir de la propia demanda de usuario, en la que es innegable Internet y las criptomonedas tienen ya un hueco muy grande, de donde surgirá el reajuste, también en las formas de invertir.