Era previsible que, con el tiempo, poco a poco se fuera enfriando el entusiasmo que, con mucha fuerza durante el último semestre del año pasado pero realmente desde hace más de año y medio, venía dándose alrededor de los riesgos de los Fondos de Inversión, de renta variable fundamentalmente. Una situación que, además, ha llevado a ahorradores poco habituados a las inversiones con riesgo a productos más atrevidos, y tal vez que comprenden menos, riesgo Este del que ha avisado recientemente el propio Banco de España.
La menguante remuneración de los depósitos a plazo, que se sitúa de media en un 0,54% anual, está provocando que los ahorradores traspasan su dinero a los fondos de inversión. Ahora bien, el riesgo asumido en uno y otro producto no es similar, y así lo recalca el Banco de España en el último Informe de Estabilidad Financiera de la entidad supervisora, dónde se detecta una situación que está comenzando a pasar factura y que, cuidado, puede convertirse en un problema a medio plazo para el inversor, ya que el traspaso de dinero de los ahorradores acostumbrados a productos garantizados, les ha llevado a un escenario en el que van a depender mucho de la composición de los activos de los fondos de inversión elegidos, de la evolución de sus activos pero, también de la evolución por supuesto del entorno económico.
¿Por qué ha ocurrido?
Podríamos extendernos mucho sobre los motivos de esta situación, en la que el aumento patrimonial de los fondos de inversión ha sido ciertamente espectacular colocando los mismos del año pasado como uno de los mejores desde el inicio de la crisis, batiendo récords de aumento patrimonial y de algún modo colocándose de en línea con aquellos tiempos mejores de comienzos de siglo (mejores para los fondos se entiende)
La deriva a la baja de la rentabilidad de los depósitos, con una media anual por debajo del 0,60%, es sin duda uno de los motivos fundamentales de este trasvase de ahorradores que, poco acostumbrados a los fondos, se han dejado llevar por las rentabilidades continuadas en la renta variable, o, por una renta fija mixta a corto plazo que parecía prometer mejores resultados (no es difícil) que los depósitos.
Para llevar a este tipo de movimiento, es decir, abandonar la tranquilidad de los depósitos y pasar a los fondos de inversión, obviamente habrá existido un porcentaje elevado de usuarios que habrán tomado sus precauciones, una buena asesoría independiente, buena información y una elección correcta de los modelos de fondos y activos… pero esto no nos impide ignorar que efectivamente existe también una parte muy importante de usuarios que o bien se han dejado llevar por ofertas estándar, o han escuchado en demasía productos publicitados, o, muy recomendados por las entidades, y que, como ya sabemos, no siempre tienen por qué ser los mejores para sus bolsillos.
¿Tienen riesgo los fondos de inversión a corto plazo?
Sí, sin ningún tipo de duda, y, es más no sólo los fondos de inversión de renta variable a quienes estamos acostumbrados a visualizar como una posible fuente de buenas rentabilidades o de riesgos en contraposición, sino también la renta fija, ya que no tendríamos más que echar un vistazo a los tipos de interés actuales en su posible evolución para comprender por qué, efectivamente la renta fija mixta o simplemente la renta fija a largo plazo puede sufrir un revés más importante de lo que parece.
El Banco de España nos advierte en este sentido, y en el citado informe alerta de las posibles caídas las cotizaciones bursátiles y también de un aumento generalizado de los tipos de interés en todos los plazos (vuelva a leerlo porque estos importante, efectivamente en todos los plazos) e incluso, de algo que también venimos advirtiendo en los últimos meses, una posible apreciación del euro: como el lector puede entender todos estos elementos pueden afectar de manera más que notable al valor de las inversiones de los partícipes en fondos de inversión.
Un panorama para tener respeto
El volumen de captación de los depósitos a plazo, en cuanto a patrimonio se refiere, fue cayendo ya desde comienzo de 2013 de manera más que apreciable mientras que a la vez, también caían los tipos de interés que ofrecían dichos depósitos, en contraposición iban aumentando en captación de patrimonio los depósitos a la vista, a la par que comenzaba por entonces (a comienzos del citado año 2013) una migración del ahorro que partiendo de los depósitos buscaba mayor nivel de rentabilidad en los fondos de inversión.
Si tomamos como referencia el Informe de Estabilidad Financiera de la entidad supervisora, vemos que los datos de variación interanual de los depósitos indican una bajada a comienzos del presente año del 0,5%, si a esto lo enfrentamos con los fondos de inversión vemos un cambio de tendencia y un aumento en este caso del 3,1% positivo, es decir, una auténtica recomposición del modelo de ahorro incluso durante un momento en el que ya se empezaba a hablar de precaución al menos en el ámbito de la renta variable.
Los datos obviamente no mienten, el patrimonio de los fondos de inversión en el año pasado creció nada menos que un 26,7%, fundamentalmente por el aumento de las suscripciones, es decir, por el abandono por parte de un sector importante de ahorradores de los productos seguros a los productos con riesgo: algo que el banco de España insiste en recordar ya que, efectivamente, el trasvase de ahorros de un depósito un fondo de inversión no puede considerarse en absoluto una sustitución del uno por el otro ya que los riesgos de ambos son sustancialmente diferentes.
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