No cabe duda que el actual proceso, en el que los depositos bancarios llevan prácticamente dos años de retroceso en retroceso de su rentabilidad, ha llevado a muchos ahorradores a la búsqueda de productos alternativos que les permita, por un lado mantener la sensación de seguridad sobre sus ahorros, pero, a la vez, obtener una rentabilidad superior a la que un depósito medio le puede brindar hoy por hoy. ¿Pueden ser los fondos de inversión esa alternativa?
Los fondos de inversión han sido desde luego un destino elegido por muchos de estos ahorradores, no hay más que comprobar el avance patrimonial de los fondos y el hecho de que, como suele ocurrir, el mayor volumen de crecimiento viene por productos conservadores como los que apuestan por las rentas fijas.
Fondos de inversión garantizados
Sobre el papel el fondo de inversión garantizado es el que ofrece al ahorrador por un lado la garantía de recuperación del 100% de las aportaciones realizadas más una rentabilidad determinada a la finalización de un plazo, en este sentido y sobre estas dos últimos con quienes mantiene como vemos un comportamiento similar al de los depósitos.
Generalmente estos fondos garantizados van a presentar plazos (denominados periodos de garantía) que pueden ir desde uno hasta 10 años en los que la entidad gestora garantizará través de una entidad financiera el citado rendimiento mínimo si lo hubiera, y es que también dentro de los garantizados existen diferencias a las que el ahorrador debe prestar mucha atención.
Garantías y garantías parciales
Es cierto que en los últimos años ha crecido de manera importante en la oferta de fondos garantizados, pero debemos tener en cuenta que bajo el paraguas de esta denominación existen diferentes tipos de productos, y, de hecho, el mayor crecimiento no se ha dado precisamente en el producto garantizado como tal, sino en los que proponen o bien garantías parciales o bien rentabilidades condicionadas (cuando no la combinación de ambas cosas)
Lo anterior resulta muy importante sobre todo porque generalmente estos productos se comercializan como decíamos bajo el nombre de fondos garantizados, y pueden dar pie a equivocación a aquel usuario que busca el modelo más conservador de producto, es decir aquel que garantiza capital y rendimiento a la suscripción.
El producto de garantía parcial puede mostrar dos particularidades que pueden encontrarse a la vez o de manera individual, por un lado lo que puede garantizar es un máximo de pérdida (no suele ser superior al 5%) para un producto que operará en rentas mixtas o incluso en un porcentaje mayor en renta variable, mientras que por otro lado en combinación o no con lo anterior nos pueden proponer una garantía mínima de rendimiento que puede aumentar condicionada por ejemplo a la evolución de un índice o valor concreto, muy en sintonía por ejemplo con lo que ofrece un depósito condicionado.
¿Cuándo interesa un fondo garantizado?
Obviamente dependerá mucho del perfil del ahorrador, de si el fondo contratado tiene mucho peso dentro de la carretera de productos de ahorro inversión o se trata de un producto complementario…
Para un ahorrador medio se da como buena la recomendación de fondos garantizados a plazos no superiores a los cinco años, ya que los intereses ofrecidos por estos productos tomar en cuenta la situación actual de los mercados y menos en cuenta las posibles evoluciones a largo plazo.
Se trata de un producto financiero recomendado para los ahorradores que no quieren asumir riesgos, ya que el beneficio a obtener se conoce de ante mano. Además las ventajas fiscales son muy interesantes, ya que su rentabilidad se considera como un incremento de patrimonio y pasados 15 años, el beneficio queda exento de tributar.
Comisiones
Las comisiones son el punto más importante que hay que analizar a la hora de invertir en fondos garantizados, ya que muchas veces, significan un lastre muy grande para la, a veces, pequeña rentabilidad del producto. Un ejemplo de ello lo podemos encontrar precisamente en los fondos más conservadores en los que la rentabilidad potencial es reducida. En este caso, las comisiones son muy importantes.
En concreto, estos productos presentan cuatro tipos de comisiones:
- La comisión de gestión, donde el máximo que se puede cargar anualmente en los fondos de inversión nacionales es del 2,25% del patrimonio o el 18% de los resultados.
- La comision por suscripcion, donde las comisiones máximas aplicables por entrar en el fondo una vez finalizado el periodo de suscripción inicial es del 5%
- La comision por reembolso, esto es, por rescatar su dinero antes de que acabe la garantía, tiene un máximo aplicable del 5%
- La comisión de depósito es del 0,20% anual sobre el patrimonio custodiado, que no es otra cosa que el capital invertido.
Con este esquema de comisiones, conviene tener en cuenta que no se vaya a necesitar el dinero en el plazo de garantía del producto. Si el partícipe saca el dinero antes del periodo comprometido, tendrá que pagar la comisión de reembolso, que a un costo del 5%, puede mermar de manera significativa la rentabilidad del producto.