Fondos de inversión y el banco malo

 

Resulta evidente que de manera general en este espacio venimos a recoger diferentes propuestas y productos en forma de fondos de inversión de cualquiera de los muchos modelos a los que hoy en día podemos acceder en un mercado de productos financieros que, si bien es cierto, ha reducido ligeramente los últimos años su oferta en cuanto a cantidad, al menos en el caso de un producto como los fondos de inversiones, la diversidad de ofertas se encuentra perfectamente garantizada.

Sin embargo el lector que nos sigue habitualmente sabe que también nos gusta indagar y repasar diferentes elementos que pueden llegar a influir en cualquiera de los numerosos modelos de fondos de inversión tanto nuestro país como del extranjero, sin duda, la puesta en marcha del llamado banco malo en nuestro país va a generar una serie de movimientos que nos parecen muy interesantes de reflejar también en este espacio.

Debemos también tener en cuenta en este sentido, que la llamada Sareb, Sociedad de Activos procedentes de la reestructuración bancaria, va a buscar, en palabras de los máximos responsables de la economía en nuestro país, atraer tanto inversores institucionales como profesionales, a partir de la división de sus activos en paquetes y el aporte de ventajas fiscales que acercarán los tipos a los de las sociedades de inversión colectiva.

Para ello, el propio ministro de economía, garantizó la creación de fondos fiduciarios en los que se aportarían diferentes tipos de activos por naturalezas, dirigiendo también estos fondos a los inversores profesionales.

La cuestión obviamente no resulta baladí, debemos tener en cuenta que tope de millones en activos que el futuro banco malo se plantea como barrera se cifra en los 90.000 millones de euros, compuestos como sabemos de los llamados activos tóxicos de las entidades bancarias, liberando estas del peso de estos activos y ofreciéndoles capacidad de captación de capital y concesión crediticia, al menos, este es el planteamiento sobre el papel.

La composición de la sociedad anónima que será la que ostente la propiedad de estos activos tóxicos y el encargo de su gestión será encabezada por el fondo de reestructuración bancaria. FROB quien poseerá menos del 50%, repartiendo restó entre diferentes inversores institucionales y entrando en juego aquí los citados anteriormente fondos fiduciarios.

Sin duda estamos ante un punto de inflexión importante para la banca de nuestro país, que, según los responsables de economía del gobierno resultará más importante que las propias inyecciones de capital, ya que, liberar, la tensión de los activos tóxicos, pudiendo en este caso poner las entidades bancarias su maquinaria como decíamos anteriormente en funcionamiento para la captación de capital, a través de herramientas como los depósitos bancarios a los que, como ya sabemos, recientemente se les eliminó la penalización por los extratipos, y, en consecuencia, a la recuperación de cierta normalidad en la concesión de créditos.

Imagen 1 y 2: pixabay.com/en/ // gaelx flickr creative commons