El auge de los ETFs de inteligencia artificial: ¿burbuja o revolución en cartera?

Qué está pasando con los ETFs de inteligencia artificial

Hay un runrún constante últimamente que tiene que ver con la inteligencia artificial. Lo escuchas en todas partes. Y no solo en charlas tecnológicas o en empresas del sector. También ha entrado de lleno en las conversaciones sobre inversión. Y no es para menos. Porque los ETFs de inteligencia artificial están viviendo un momento dulce. O al menos, eso parece a simple vista.

¿Qué tienen de especial? Básicamente, son fondos cotizados que agrupan a empresas que desarrollan, aplican o se benefician directamente de la IA. Y claro, con todo el revuelo que hay con ChatGPT, chips, automatización y coches autónomos, estos ETFs han empezado a captar la atención de mucha gente que, hasta hace poco, no sabía ni lo que era un ETF.

El problema (o la oportunidad, depende cómo se mire) es que este tipo de fondos han subido mucho en poco tiempo. Y eso, en bolsa, suele levantar sospechas. Porque no todo lo que sube lo hace por motivos sólidos. Y no todo lo que lleva la etiqueta “tecnología” garantiza futuro.

Lo que debes saber antes de lanzarte

Aquí va lo importante. Si estás pensando en meter dinero en un ETF de IA porque lo has visto en las noticias o te lo ha dicho alguien, párate un momento. No digo que sea mala idea, ni mucho menos. Solo que conviene mirar un poco más allá del titular.

Algunos de estos ETFs, como el Xtrackers Artificial Intelligence & Big Data UCITS ETF, han tenido un comportamiento muy bueno en los últimos cinco años. Estamos hablando de una revalorización de más del 70 %. Pero si miras lo que ha pasado en el último año… la historia cambia. Han bajado. Y no poco. En torno a un 14 %.

¿Es esto raro? No. Es lo que pasa cuando una temática se pone de moda. Suben rápido porque entra mucho dinero de golpe, y luego vienen los ajustes. Y más si hablamos de empresas que todavía están lejos de ser rentables. La IA tiene un potencial brutal, sí. Pero una cosa es el potencial y otra muy distinta es el beneficio real.

Lo que ocurre con estos ETFs es que te estás exponiendo a una tendencia de futuro, pero también a una volatilidad muy alta. Y si tu perfil es más tranquilo, esto te puede dar más disgustos que alegrías.

Entonces… ¿es una burbuja o una revolución?

Aquí viene la gran pregunta. Y, como suele pasar en inversión, la respuesta no es blanca o negra.

La IA no es una moda pasajera. Está transformando industrias, desde la sanidad hasta la automoción, pasando por las finanzas. Eso está ocurriendo ya. No es una promesa lejana. Así que tiene todo el sentido que los inversores quieran posicionarse en ese cambio.

El problema viene cuando se sobrevalora. Cuando los precios de las acciones se disparan más rápido que los ingresos o los beneficios reales de esas empresas. Ahí es cuando puede empezar a formarse una burbuja. Y eso, en tecnología, lo hemos visto más de una vez.

Lo que puedes hacer —y aquí va la única lista que vas a ver en este artículo— es lo siguiente:

  • Si te interesa invertir en IA, hazlo con una parte pequeña de tu cartera. Que no sea el núcleo de tu inversión.
  • Busca ETFs que tengan una buena diversificación y que no dependan solo de dos o tres nombres conocidos.
  • Y sobre todo, no te dejes llevar por el ruido. Ni por las subidas espectaculares… ni por las caídas de pánico.

Porque si algo hemos aprendido con el tiempo es que las revoluciones tecnológicas llegan, pero no siempre lo hacen al ritmo que esperan los mercados.