El Banco Santander ofreció a sus accionistas la posibilidad de recibir el segundo dividendo a cuenta del año, que se repartirá el próximo mes de noviembre, en efectivo o en acciones nuevas de la entidad. Según la entidad, esta iniciativa responde a las sugerencias formuladas por algunos accionistas, principalmente de los que reinvierten el dividendo en títulos del banco y suponen el 8% del capital.
De acuerdo a esta nuevo opción de retribución, cada accionista recibirá en la fecha de pago habitual del segundo dividendo a cuenta un derecho de asignación gratuita por cada acción de la que sea titular. A partir de ese momento, el accionista podrá tomar escoger entre seguir recibiendo su retribución en efectivo, vender el derecho de asignación gratuita en el mercado o recibir acciones nuevas.
Pero ante esta posibilidad, al inversor se le plantea la disyuntiva: ¿conviene o no conviene cambiar efectivo por acciones en el reparto de los dividendos?
La principal ventaja de recibir acciones en vez de efectivo radica en que esta opción no tiene retención fiscal, como tampoco la tiene la posibilidad de vender el derecho de asignación gratuita en el mercado, cuyo valor oscilará en función de su cotización. Si recibe efectivo, esa cantidad estará sujeta a la retención del 18% por parte del Fisco.
Por otra parte, para el banco esto podría significar una ampliación de capital que, si bien no es importante, reestructura los porcentajes de posesión de la empresa. Esto puede influir en los pequeños inversores.
En fin, la decisión queda en sus manos. Yo me inclinaría en recibir las acciones, aunque también depende del valor de las mismas en la fecha de pago.