Si bien la inversión en Renta Fija es vista -y de hecho lo es- más conservadora que la Renta Variable, no por ello el pequeño inversor debe comprar títulos de renta fija y luego echarse a dormir. Estos instrumentos también merecen cierto grado de gestión.
Ahora, ante el recorte del precio del dinero que decretó el pasado 7 de mayo el Banco Central Europeo, que los situó en el 1% (estaban en el 1,25%), toca revisar la cartera compuesta por estos instrumentos. La reacción a la última bajada de tipos del BCE ha sido inmediata en la deuda pública. El pasado martes 12 de mayo el Tesoro español realizó su primera subasta tras la decisión del banco central y su resultado fue, lógicamente, el esperado: menor rentabilidad. Las Letras a tres meses se emitieron a un tipo del 0,72% (frente al 0,81% anterior) y las de seis meses se colocaron a un interés del 0,80% (frente al 0,92 de la subasta anterior).
Esto le ha quitado interés a la Deuda Pública, creyendo los expertos que es más adecuado apostar por la renta fija privada que por la pública. Y dentro de ella, lo más acertado, frente a la caída de tipos, es hacerlo mejor a largo que a corto plazo.
Otra de las medidas que aconsejaron los especialistas es que es mejor invertir en Deuda Pública a través de fondos de inversión que directamente acudiendo a las subastas del Tesoro. ¿ La razón? Es mejor opción por la mayor diversificación, por la gestión profesional y por los menores costes de intermediación que aplican. Con un solo fondo, se puede diversificar en más de 30 ó 40 emisores distintos, e incluir la Renta Fija Corporativa, que es la que se aconseja invertir hoy en día, a raíz de las mayores rentabilidades.
En cualquier caso, las rentabilidades de los fondos de renta fija que se esperan serán discretas. Se estima que no superarán en promedio el 2% en este año.