La regla del 4% es un principio financiero comúnmente utilizado para garantizar que las personas no agoten sus ahorros durante la jubilación. En su esencia, sugiere que uno debe retirar solo el 4% de su cartera de inversiones en el primer año de jubilación, y ajustar ese monto cada año según la inflación. Aunque la regla fue diseñada pensando en las inversiones, también se puede aplicar a las pensiones. En este artículo, analizaremos cómo implementar esta regla en el contexto de las pensiones de jubilación y por qué podría ser una estrategia sabia.
Orígenes de la regla del 4%
La regla del 4% tiene sus raíces en un estudio realizado en 1994 por el planificador financiero William Bengen. Bengen analizó diversos escenarios históricos de inversión y concluyó que, si una persona retiraba solo el 4% de su cartera en el primer año y luego ajustaba ese monto según la inflación cada año, tendría un 95% de probabilidades de no agotar su dinero en 30 años.
Determinar el total de ahorros. Antes de poder aplicar la regla, es necesario saber cuánto dinero se tiene acumulado para la jubilación, ya sea en cuentas de pensiones, inversiones u otros ahorros. Establecer el retiro inicial. Una vez conocido el total de ahorros, calcula el 4% de ese monto. Esa será la cantidad que puedes retirar en tu primer año de jubilación.
Ajustes anuales por inflación. Al inicio de cada nuevo año de jubilación, ajusta el monto retirado el año anterior según la tasa de inflación. Si la inflación fue del 2%, por ejemplo, y retiraste 10,000 euros el año pasado, este año deberías retirar 10,200 euros.
Monitoreo y revisión. Es crucial revisar regularmente la cartera de inversiones y ajustar la estrategia según los rendimientos y las necesidades cambiantes. La regla del 4% no es rígida y puede requerir adaptaciones.
Beneficios de aplicar la regla del 4% en pensiones
Longevidad de los ahorros. Esta regla ayuda a garantizar que el dinero dure más tiempo, idealmente toda la vida del jubilado. Presupuesto predecible. Proporciona un marco sobre cuánto se puede gastar cada año, facilitando la planificación financiera. Flexibilidad. Si bien establece un punto de partida, permite ajustes según las circunstancias personales.
No todos los años de jubilación serán iguales. Puede haber años en que se requieran gastos extraordinarios o años en que los rendimientos de inversión sean excepcionalmente altos o bajos. En estos casos, es vital ser flexible y adaptar la regla según las circunstancias.
La composición de la cartera de inversión es crucial para determinar si el 4% es una cifra adecuada. Por ejemplo, una cartera altamente conservadora compuesta principalmente por bonos generará menos rendimientos que una que tenga una mayor proporción de acciones. Por lo tanto, en carteras más conservadoras, podría ser conveniente considerar un porcentaje de retiro menor para minimizar el riesgo de agotar los ahorros.
Con el avance de la medicina y la mejora en la calidad de vida, la esperanza de vida ha aumentado significativamente en las últimas décadas. Si tienes una salud robusta y una larga esperanza de vida familiar, podrías considerar retirar un poco menos del 4% inicialmente para garantizar que tus ahorros duren más tiempo.
Muchos jubilados tienen fuentes adicionales de ingresos, como propiedades de alquiler, trabajos a tiempo parcial o negocios secundarios. Si cuentas con estos ingresos adicionales, podrías permitirte retirar un porcentaje más alto que el 4% o mantener el 4% y disfrutar de un colchón financiero más amplio.
La jubilación es una etapa de la vida que puede traer muchos cambios: viajes, mudanzas, nuevos hobbies o incluso la decisión de ayudar económicamente a los hijos o nietos. Estos factores deben ser considerados al decidir cuánto retirar anualmente.
En años donde el mercado financiero experimente caídas significativas, podría ser prudente retirar menos de lo planeado, y viceversa. Si bien el ajuste por inflación es esencial, también es vital observar el comportamiento del mercado y adaptarse a él.