Es bastante frecuente, no sólo cuando hablamos de contratar fondos de inversión sino realmente cuando hablamos de prácticamente cualquier producto financiero, que los usuarios alcancemos a conocer parte de sus principales características pero, máxime en épocas de bondad económica, realmente prestemos más atención a elementos como la rentabilidad o los gastos que por ejemplo un fondo de inversión nos puede presentar que otro tipo de cuestiones que durante la vida de dicho producto puede llegar a surgir.
Es por ello que debe ser cuando conviene poner los pies en el suelo y alejándonos un tanto del análisis estricto de las características principales de este o aquel fondo de inversión nos detengamos en el comportamiento de dichos productos ante cuestiones tan elementales como el hecho de la rescisión o el traspaso de capital entre fondos.
A pesar de que como ya hemos indicado en algunos artículos anteriores se podría hablar de una cierta estabilidad en el patrimonio global de los fondos de inversión en nuestro país, no podemos sustraernos a la realidad de que desde unos años atrás, este patrimonio se encuentra en retroceso constante, desde luego no es un mensaje apocalíptico ya que la entrada de nuevo dinero así como nuevos modelos de inversión aplicados a este producto ha generado una cierta compensación, pero, tampoco podemos obviar, el hecho de que son muchos los inversores que han rescindido su fondo de inversión en busca de liquidez, o, que han traspasado dichos capitales invertidos en determinados fondos de inversión a otros productos como pueden ser depósitos bancarios o fondos de inversión que les aporten mayores niveles de seguridad.
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Realmente la gran mayoría de los casos la rescisión de un fondo de inversión resulta ciertamente sencilla, de hecho, nos vamos a encontrar con que la mayoría de los fondos tan sólo nos van a exigir la emisión de orden de rescisión en la propia entidad financiera donde se realizó la operación, es más, el acceso a operaciones desde la propia red ha abierto aún más esta posibilidad y el propio usuario en algunos casos puede llevar a cabo dichas cancelaciones.
Aquí hay dos cuestiones que debemos tener en cuenta sobre todo a la hora de contratar un producto de estas características, la primera de ellas es precisamente garantizarnos el conocimiento de la mecánica de rescisión del producto, ya decimos que por regla general estamos ante una mecánica sencilla pero puede no resultar así en todos los casos.
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Por otro lado debemos tener claro el destino de ese patrimonio que retornará a nuestras manos tras la cancelación del producto. Esto que puede parecer de perogrullo no lo es tanto sobre todo si tenemos en cuenta que con muchas probabilidades la propia entidad financiera donde cancelemos nuestro fondo de inversión procurará acercarnos a otras opciones destino para nuestro capital, y, por qué, en la gran mayoría de los casos, una retirada de un producto de estas características antes del vencimiento aconsejado por el propio producto no suele ser una gran idea desde la perspectiva de la rentabilidad.06