Es un ciclo normal. Después de momentos duros para la renta variable pasan periodos relativamente largos en los que aumenta la aversión al riesgo tanto en número de inversores como en volumen de aversión. A medida que la renta variable vuelve a recuperarse también se recupera la confianza del inversor, aunque, dependiendo del momento histórico puede ser de manera más o menos lenta. En este caso ha costado recuperar la confianza en los mercados, y de eso aún no se puede hablar por parte del inversor de a pie de una recuperación plena, sin embargo, cada vez se abren más las opciones destinadas a la renta variable por parte de los ahorradores.
Aquellos que se habían mantenido alrededor de productos como los depósitos o incluso los fondos de inversión garantizados o monetarios, comienzan a desear batir las remuneraciones que éstos producen, remuneraciones que por ejemplo en el caso de los depósitos como sabemos son ya históricamente bajas. Ahora bien, perder aspectos relacionados con el miedo inversor no significa tener claro dónde destinar el dinero. Surgen muchas dudas sobre por ejemplo hacia donde dirigir el traspaso desde los fondos garantizados cuando se desea asumir algo más de riesgo buscando más rentabilidad.
No es una decisión dificil
Afortunadamente hoy en día esto no es una decisión compleja. El usuario va a poder, a través de la cartera de fondos de su gestor habitual, contemplar el escalado lógico del proceso de inversión en relación al riesgo. Hay que tener algunas cuestiones claras, obviamente, para quien desea asumir un porcentaje controlado de riesgo siguen existiendo fondos de inversión prohibidos, no se va a lanzar desde un fondo garantizado a un fondo de renta variable global ya que el saldo de asunción de riesgo es enorme.
Lo ideal es, tras pasar por la renta fija, buscar opciones de combinación. La renta variable mixta (o la renta fija mixta) puede ser una opción muy interesante para comenzar a comprender la manera de funcionar de los mercados y su repercusión sobre nuestras inversiones. Podemos encontrar en todas las ofertas agrupadas de las entidades y gestoras un buen catálogo de fondos de inversión , mixtos en los que el usuario va a poder regular el nivel de riesgo ya que la oferta de inversión es diferenciada en función del porcentaje del patrimonio que se destina a la renta variable o renta fija.
A partir de esta experiencia obviamente es probable que el inversor desee complementar su cartera de estos fondos con otras opciones más agresivas, sin embargo, para este traspaso inicial y, teniendo en cuenta las facilidades que para ello existen, parece más adecuado en principio centrarse en opciones mixtas con posibilidad de graduar el destino de la inversión de manera más o menos agresiva.