Representan un modelo de inversión exclusivo, no muy conocido ni tampoco indicado para todos los inversores. Sin embargo, los fondos de inversión en arte llevan décadas proporcionando buenos beneficios a sus participes. Así son y así operan estos fondos.
Si te interesan los fondos de inversión diferentes en este post repasamos fondos de inversión distintos
La inversión en arte, por motivos de mecenazgo o en busca de revalorización, ha sido una constante en la historia en la que encontramos multitud de ejemplos en este sentido. Sin embargo los fondos de inversión en arte son un producto relativamente reciente.
Un poco de historia de los fondos de inversión en arte
La galopante crisis económica de mediados de los años 70 en el Reino Unido, cuya economía hubo de ser rescatada por el FMI a golpe de inyección de recursos, asustó lógicamente a los ahorradores particulares y colectivos del país que no tenían nada claro cómo proteger sus ahorros.
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Es en el año 1974 cuando impulsado desde el sindicato de trabajadores del ferrocarril, el British Rail Pension Fund, se convierte en el primer fondo de inversión que decide destinar una parte de su capital al arte. La operación se tradujo la compra de más de 2000 objetos de arte, entre los que destacaban obras de Renoir, porcelanas chinas y antigüedades francesas, el volumen de esta primera aproximación a la inversión en arte por parte de un fondo fue de 3.4 millones de libras equivalentes al 2.9% de su capital.
El planteamiento era relativamente simple, decidiendo mantener a medio/largo plazo la inversión como elemento diversificador. ¿El resultado? Cuando se procede a la venta de la mayor parte de lo adquirido a finales de los años 80 se obtienen 35 millones de libras; más de 10 veces lo invertido.
Puede que existan antes que esta otras inversiones en fondos con un porcentaje determinado en dirección al arte, pero se da por buena esta ya que representa en buena medida el arranque de la experiencia de la inversión en arte asociada a los fondos.
¿Cómo operan los fondos de inversión en arte?
Aunque existen algunos fondos muy especializados cuyo funcionamiento es realmente particular, podríamos decir que la media de los fondos que apuesta por la inversión en arte, cree que el arte es un instrumento de ahorro colectivo con altas capacidades de revalorización, no al alcance tal vez de todos los bolsillos, aunque esto también se está modificando.
El objetivo de estos fondos por tanto es generar ganancias a través de la compra de obras de arte que, en principio, funcionan respaldadas durante un periodo de tiempo determinado, que suele establecerse en promedios de cinco años.
No existe garantía, se trata de fondos que juegan con el riesgo de la revalorización de mercado de las obras que adquieren, lo cual técnicamente supone un riesgo de inversión equiparable al de determinados mercados. Decíamos que existe un promedio estimado de revalorización en crecimiento anual entre el 17% y el 21%, sin embargo, los datos del cierre de 2013 y lo que llevamos de 2014 salvo excepciones no arrojan estos resultados, incluso en algunos casos se puede considerar un mal año cuando por ejemplo la renta variable tuvo un año excelente.
El funcionamiento realmente no difiere mucho del de un fondo de autor; en este caso existe una figura o figuras dentro del fondo que son quienes hacen las propuestas de inversión, que habitualmente han de pasar un examen en el que se considera tanto el riesgo del retorno como los plazos de inversión, y por supuesto los factores artísticos incluyendo la cotización del propio artista.
Lógicamente en estos fondos es la habilidad en la búsqueda y compra de piezas el elemento clave en las ganancias a largo plazo, se busca aquellas obras de arte que pertenezcan a artistas con alta capacidad de revalorización; lo cual a su vez significa piezas caras.
Y aquí llegamos a una parte compleja también de estos fondos, ya que generalmente se trata de fondos caros. Un buen ejemplo lo puede dar el coste de acceso a un fondo americano que apuesta por la inversión a cinco años y que exige a los partícipes un monto mínimo de $250,000, que pueden ser cubiertos en parte por otras obras de arte… en este caso como podemos entender un fondo muy dirigido a los coleccionistas de obras de arte.
Lo que sí y lo que no de los fondos de inversión en arte
Lógicamente los valores positivos de este tipo de inversión tienen que ver con el propio objeto de la inversión; el valor del arte a estos niveles no suele caer, de hecho las piezas si no se revalorizan en un año en todo caso se mantienen estables u oscilan muy poco, por otro lado no es un mercado sin referencias, existen índices muy claros que se pueden seguir para valorar cómo está el mercado a nivel internacional, mientras que, el valor de las piezas aumenta proporcionalmente al número de años que se mantienen fuera del mercado, algo que no ocurre en otros segmentos, y que en éste multiplica bastante el valor, siendo una apuesta a largo plazo sin duda de las más seguras.
En el apartado negativo, en primer lugar lógicamente se trata de un modelo de inversión no al alcance de todos los bolsillos. Por otro lado se trata de una inversión con una liquidez escasa ya que las transacciones son lentas en comparación con otros activos, aquí es donde se establece una de las batallas entre la inversión en arte y en oro. Por último no se trata de una inversión sencilla desde el punto de vista operativo, el cuidado de las piezas y su resguardo requiere unas condiciones específicas de preservación que serán las que determinan el valor de venta en caso de daños, por lo que asumen costes elevados.