Fondos de inversión y ETF son productos que parten de tener muchas similitudes, sin embargo esta similitudes que pueden llegar a confundir ante la elección a un inversor novato, no pueden ocultar las grandes diferencias entre ambos productos existen, diferencias que fundamentalmente podemos encontrar en el ámbito fiscal y las comisiones.
Cómo contratar un fondo de inversión en las principales comercializadoras
En primer lugar debemos aclarar que la elección de la contratación de un fondo de inversion o un ETF, como puede ocurrir con cualquier otro tipo de producto de inversión, depende mucho del perfil inversor del usuario, aunque, en este caso, sí podríamos decir que para un inversor novato de entrada puede resultar más simple acercarse a los fondos de inversión simplemente desde el punto de vista de estructura de producto.
Fondos de inversión y ETF
Es cierto que los fondos cotizados en bolsa, los ETF tienen algunas características de los fondos de inversión y las combinan con las acciones, sin embargo, las diferencias en la estructura de estos productos (fondos y fondos cotizados) es muy amplia, y afecta como veremos tanto a los niveles de exposición en la inversión y por tanto el riesgo, como a las propias consideraciones fiscales en tanto productos de inversión.
Tanto los fondos de inversión indexados como la gran mayoría de los ETF vienen a ser gestionados de forma pasiva. El ejemplo de los fondos indexados nos sirve para ver cómo estos buscan coincidir entre la rentabilidad del fondo y un índice de mercado concreto, siempre antes de comisiones y gastos. En este caso la referencia del índice del fondo se convierte en un estándar respecto al cual se mide la rentabilidad de dichos, existen diferentes índices a los que acudir para esta referencia.
En el otro lado los fondos de inversion activos buscan abatir los índices en los mercados. En este caso las decisiones tomadas por los propios administradores de los fondos, en función de estrategias, son determinantes para tratar de obtener los objetivos. Aquí es también básico el hecho de la existencia de estrategias tanto de inversión como de gestión, sin embargo, debemos recordar que por sus propias características la administración de un fondo activo va a ser más flexible en general que la del fondo indexado o ETF.
Las diferencias fiscales entre Fondo o ETF
A la hora de encontrar las diferencias en el tratamiento fiscal de ambos productos no debemos fijarnos en el tipo de tributación, ya que en principio es el mismo para ambos, sin embargo es a la hora del traslado o traspaso cuando estos productos muestran comportamientos diferenciados.
Los fondos de inversión no van a exigir tributación por una operación de traspaso entre fondos, algo que se puede realizar tantas veces como el usuario desea sin que el capital se ha afectado en este sentido, sin embargo, en el caso de los ETF su funcionamiento similar al de las acciones en compra y venta hace que los cambios que se realicen sobre el producto este nivel si sean susceptibles de tributación.
Pero no todas las aplicaciones fiscales pueden correr en beneficio de los fondos, en el caso de las retenciones a cuenta los fondos de inversión retiene la cuenta el 21% sobre beneficios obtenidos, mientras que los ETF no lo hacen.
En el apartado de dividendos, y del mismo modo que ocurre en el caso del tipo de tributación, ambos productos no aplican exención sobre los 1500 primeros euros, comportándose a este nivel de la misma manera.
Fiscalidad de los fondos de inversión
Diferencias en las comisiones en un Fondo o en un ETF
En las comisiones de estos productos de inversión vamos a encontrar ciertamente diferencias importantes. En el caso de los fondos de inversión existe un mayor número de comisiones de posible aplicación, sin embargo, no necesariamente se aplican en todos los productos ni necesariamente se aplican todas, siendo las dos más caras habitualmente la de suscripción y reembolso.
En el caso de los ETF, y de nuevo en línea con lo que ocurre por ejemplo la compraventa de acciones, nos encontramos con comisiones directas con tarifas concretas para operaciones nacionales e internacionales, menos comisiones per más directas.
Mejor Fondo que ETF o viceversa
No es sencillo determinar qué es mejor en este caso. Conviene más hablar de las distintas sensibilidades ante ambos productos dependiendo del tipo de inversor, o incluso de las características y el comportamiento de las mismas en función tanto de los mercados como de su comportamiento fiscal.
Es cierto que se tiende a pensar, más desde el inversor algo cualificado, que uno de estos instrumentos, los fondos de inversión, son más idóneos a largo plazo, mientras que el otro, los ETF lo puede ser a corto plazo. Y lo cierto es que aunque ambas cuestiones pueden tener poso de verdad, ninguna es una verdad absoluta ni mucho menos.
Es cierto también que las propias características del ETF, hacen que este pueda ser más adaptable a una operativa a corto plazo, recordemos que pueden ser comprados y vendidos a lo largo de la sesión de bolsa al precio establecido, como si fuera una acción. En este sentido se adaptarían más al corto plazo de los fondos de inversión pero hay que recordar que, en el largo plazo a pesar de no disponer de los mismos beneficios fiscales, aportan menores comisiones: aquí es también básico tener en cuenta gastos como las comisiones de custodia o los cánones bursátiles. En este supuesto a medida que el plazo avanza la importancia de tener menos comisiones crece de manera exponencial.
En el mismo sentido las operativas de determinados fondos de inversión permiten, teniendo en cuenta la dificultad para la especulación con este tipo de productos, operativas a más corto plazo del que estamos acostumbrados en estos productos hace tan sólo una década.
En definitiva dos modelos de inversión que parten del mismo tronco, pero que con sus características particulares nos ofrecen opciones diferentes, como siempre debemos buscar la que más se adapte a nuestra realidad de inversor.