De manera lógica al usuario medio cuando le hagan referencia directa a productos orientados a futuro como complemento de sus ingresos de jubilación, le sonará prácticamente de manera automática la presencia de productos como los planes de pensiones, los planes de ahorro o en definitiva los productos más habituales comercializados en este sentido, sin embargo y como parte de un mercado verdaderamente amplio de productos como los fondos de inversión éstos también pueden llegar a convertirse en un elemento a tener en cuenta a la hora de plantearse una herramienta de obtención de ese complemento económico futuro.
Lógicamente debemos eliminar de esta ecuación en la cual tratamos de justificar el fondo de inversión como producto válido cara a los ingresos complementarios en la jubilación cuestiones como las ventajas fiscales que los planes de pensiones proporciona, sin embargo hay que añadir otros elementos propios de los fondos de los que otros productos más específicos adolecen como por ejemplo lógicamente la liquidez.
Además de la presencia de fondos de inversión sólidos en cuanto a las garantías, algo muy preciado en los productos de jubilación sobre todo cuando esta se encuentra cercana, entre los que por supuesto los fondos garantizados o los fondos más conservadores tiene su presencia, debemos tener en cuenta que un fondo de inversiones nos va a proporcionar por regla general ventajas interesantes como por ejemplo el hecho de poder manejarnos sobre suscripciones bajas, poder trabajar sobre carteras diversificadas de manera bastante más simplificada que otro tipo de productos, la gran ventaja de la ausencia de tributación por los traspasos entre fondos, que podría compensar en cierta medida el tratamiento fiscal de los planes de pensiones, y en definitiva un modelo más abierto y dinámico en general a la hora de plantear una inversión a futuro.
Partiendo de lo anterior, y de la validez de estos productos tanto solitario como de manera complementaria otro tipo de inversiones y ahorro a futuro, hay que considerar otras cuestiones no tan positivas, entre ellas las comisiones que pueden resultar más elevadas de media que en otras familias de producto y, a pesar de la liquidez que muestran, la mayor rigidez en los reembolsos antes del vencimiento de los fondos más conservadores como por ejemplo, lógicamente los fondos garantizados.
Sea como sea ahorrar parece la mejor idea
Para entender el panorama futuro de las pensiones, debemos comenzar situándonos. Nuestro país alcanzaba en el año 2007 el máximo histórico en lo que a afiliaciones a la seguridad social se refiere, superando los 19 millones (19,4 millones concretamente) comparativamente, cinco años después, el número de afiliados a la seguridad social había caído 3,3 millones, por lo que las cifras del año 2012 nos presentaban un panorama que ya comenzaba a ser diferente con tan sólo 16 millones de afiliados a la seguridad social.
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Como último dato debiéramos consignar que el número de cotizantes en el año 2013en proporción al número de prestaciones y pensiones abonadas equivalía a 1,8.
