El cierre del pasado año 2014 vino a confirmar algo ya conocido y esperado: un año excelente para contratar fondos de inversión. Un año en el que los fondos han aumentado hasta límites históricos el volumen de su patrimonio y en el que han tenido un protagonismo estelar como producto de inversión.
Sin embargo, a la vez, 2014 acabó siendo el de la confirmación de un gran amento de la inversión directa en activos de bolsa, un aumento que, llevaba el pasado año a que el ahorro particular dirigido a acciones superara el dirigido a fondos. ¿Ocurrirá de nuevo este año? Está por ver pero en todo caso las cifras no van a moverse muy lejos entre si por lo que parece.
Pero ¿cómo explicar este cambio tan sustancial? Sin duda hay un conjunto de factores que han contribuido a que el inversor particular haya elegido en mayor medida las acciones en bolsa que los fondos de inversión, uno de estos factores probablemente tiene que ver con los dividendos y remuneraciones que pueden ser obtenidos por empresas nacionales, comparativamente muy superiores a opciones internacionales.
Pero sin duda, un elemento que ha modificado en buena parte las reglas de este pulso entre fondos y acciones, ha sido la opción de brindar al inversor la posibilidad de cobrar en acciones como en efectivo (scrip dividend). Si tomamos los datos de 2012 podemos entender fácilmente el impacto de esta cuestión en el resultado final que citamos al comienzo del artículo, hay una distribución en acciones por importe equivalente a 8.865 millones de euros a través del scrip dividend puesto en marcha por 13 compañías españolas. Esto vendría a representar nada menos que más del 32% de la remuneración total a los accionistas.
También debemos asumir que el aumento de la presencia del ahorro familiar en bolsa, que, recordamos, ha batido en 2012 a la de los fondos, también se ha visto influido por los canjes de preferentes por acciones, operaciones entre las que, por ejemplo, encontramos los canjes realizados por Bankia con un importe superior a los 1000 millones.