Con un panorama poco claro para los depósitos, donde las rentabilidades cada vez parecen reducirse más y situarse peligrosamente cerca de las bajas remuneraciones recomendadas por el Banco de España el pasado año, todo ello justo después de un breve periodo de optimismo para el ahorrador que venía a creer en una recuperación de los depósito, es cierto que el debate sobre las alternativas a estos productos para quienes buscan más rentabilidad está totalmente abierto.
Desde luego, en esa supuesta carrera por la alternativa a los depósitos de alta remuneración (desaparecidos del mapa) el excelente resultado de este año del conjunto de los fondos de inversión los posiciona muy bien ¿y sin embargo son una alternativa en todos los casos?
Obviamente con el panorama de productos financieros existentes en el mercado resultan normales los citados movimientos en busca de mayores rentabilidades, movimientos que en muchos casos se están derivando hacia los fondos de inversión que, es cierto, en algunos casos presentando mayores niveles de riesgo también vienen a presentar mayores niveles de rentabilidad.
Las tres opciones primarias de fondos más elegidos como alternativa a los depósitos son las que mayores similitudes pueden mantener con estos, los propios fondos que invierten en depósitos (fonddepósitos) los fondos garantizados de renta fija o los fondos basados en modelos de rentas periódicas, sin embargo, está surgiendo con fuerza la opción de los valores de alta rentabilidad por dividendo canalizados a través de un propio fondo, una opción que es cierto como decíamos presenta mayores niveles de riesgo pero que gracias a la posibilidad de diversificación de las carteras minimiza el riesgo con una proyección de rentabilidad teórica bastante superior a la que los depósitos hoy en día pueden ofrecer.
Debemos tener en cuenta casi a punto de cerrar el año que este tipo de productos, que podemos encontrar dirigidos tanto a valores globales como europeos y por supuesto españoles, están obteniendo unas rentabilidades medias muy lejanas por superiores a lo que se puede lograr con los depósitos, rentabilidades que, en los tres primeros trimestres del año superaron de largo (en algún caso incluso por encima de los cinco puntos) la rentabilidad media de los depósitos.
Dentro de los modelos de inversión que estos fondos nos proponen y teniendo en cuenta la amplitud de posibilidades que ya hemos citado anteriormente debemos reseñar que la gran mayoría de ellos vienen a centrarse en los mercados de Europa.
Ahora bien, aún teniendo en cuenta que, efectivamente, tal y como está el mercado de los depósitos, donde la aparición de depósitos que muevan un poco la media de rendimiento nos parece casi un milagro (buena imagen del panorama) no deja de ser cierta que los fondos presentan un carácter de producto más complejo, donde entran en juego factores que van mucho más allá de la decisión de un plazo de imposición determinado y que, mal manejados, algo perfectamente plausible para alguien sin experiencia, puede transformar en poco tiempo una buena idea alternativa en un proceso de desgaste del capital propio.
En este sentido, sobre todo cara al inversor inexperto, la contratación de fondos a través de las comercializadoras y, en definitiva, todo lo que sea acceder a consejo profesional, resulta básico en los primeros pasos de la transición entre depósitos y fondos.