La bajada de la calificación crediticia a España por parte de Standard & Poor’s, desde AAA hasta AA+, tendrá efectos inmediato sobre las finanzas de algunos fondos de inversión.
Además de encarecer el coste de financiación de Estado, la rebaja de los ratings limitará el número de inversores potenciales de deuda pública española, ya que muchos fondos de inversión cuentan con estrictas normativas internas que les obligan a invertir un determinado porcentaje de sus activos en títulos con la máxima calificación crediticia (AAA). Esto también puede alcanzar las inversiones de bancos centrales, planes de pensiones, compañías de seguros y fondos soberanos.
En algunos casos, además, esta rebaja puede obligar a los fondos no solo a no comprar sino también a desprenderse de los bonos españoles que tengan en cartera. En estos casos de restricción total, los inversores institucionales tienen prohibido invertir en activos con un ráting que no sea el de AAA.
¿Cuales son las consecuencias futuras de la rebaja de la calificación financiera? España emitirá 60.000 millones de deuda en 2008, pero no sólo será más cara, sino que habrá menos inversores potenciales. A su vez, el deterioro de la solvencia española supondrá un coste extra de unos 11.000 millones en las emisiones hasta 2011.
Y eso no lo es todo: muchos inversores institucionales tienen limitaciones para invertir en valores con ráting crediticio inferior a AAA. Esto acota el universo de inversores potenciales.