Este concepto, llevado a la economía, fue creado en el siglo XVII. Básicamente dice que los inversores se comportan de manera más temeraria cuando intuyen que puede haber un rescate en camino. Por esta razón, no toman los recaudos debidos.
El dilema al que se enfrentaron la FED y el Tesoro de Estados Unidos fue ese mismo. Luego del salvataje financiero al banco de inversión Bear Stearns en marzo y de las firmas hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac hace diez días, los responsables económicos del gigante norteamericano se debatían entre encarar o no un salvataje de Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión mundial.
Y la decisión de dejar caer a Lehman no fue fácil. Bernake priorizó el temor a que, si se realizaba el salvataje, los especuladores se posaran rápidamente sobre el próximo jugador débil, en una carrera de nunca acabar y provocando una salida aun mayor en las complicadas y altamente deficitarias cuentas públicas estadounidenses.
En una entrevista el pasado fin de semana, Alan Greenspan (el casi crucificado ex titular de la Reserva Federal) afirmó que el gobierno de su país se había equivocado al rescatar a Bears Stearns, dado que el mercado identificó de inmediato a todas las compañias más grandes que ella como “demasiado grandes para caer”. Esto no hizo otra cosa que acentuar el circuito especulativo.
¿Qué sigue? Merryll Lynch se ha escapado momentáneamente de la hecatombe, “suicidándose” al ser vendida rápidamente al Bank of América. Pero hay firmas sin tanta suerte, que se podrían encontrar entre las próximas víctimas de esta vorágine inacabable. La primera de la lista es, sin dudas, la mega aseguradora AIG. Y si se llegase a caer, la crisis se tornaría francamente impredecible: AIG tiene conexiones con todas las ramas de la economía mundial. Los únicos dos bancos de inversión que quedan, Morgan Stanley y Goldman Sachs (ya no existen Bears Stearns, Lehman Brothers ni Merryll Lynch) tienen una mejor posición de efectivo, pero no el signo de interrogación se fijó sobre ellos. Y hay otra gran hipotecaria, Washington Mutual, con graves problemas de liquidez.
En fin, con el correr de las horas, el dolor puede aumentar. Y el remedio de la FED parece no surtir efecto…