Crisis recargada

 

 

El petróleo para arriba y el dólar y las bolsas para abajo. Esa parece ser la premisa en los últimos días, que deja bien en claro que la crisis financiera originada en Estados Unidos por las subprimes se “recargó” por la imparable trepada del crudo y los crecientes temores de que la inflación es un problema de muy difícil resolución.

 

El precio del crudo es la gran atracción de estos días. Con pronosticos que lo ven llegar a valores superiores a los 170 dólares en cuestión de meses, la mirada del mundo está puesta en el precio del barril.

 

¿Por qué se ha disparado repentinamente otra vez el precio del petróleo? No hay una sola razón, pero analistas de diversos bancos de inversión coinciden que en la última semana se ha producido una migración de dinero desde las bolsas mundiales al mercado de la energía. Concretamente al petróleo.

 

La debilidad del dólar y la llegada de dinero fresco a los mercados petroleros proveniente de las bolsas son el origen de los record registrados en el crudo. Todos los analistas coinciden: es muy difícil predecir el fin de esta burbuja. La suba reciente fue un sacudón para los inversores, que ya calculan como impactará en la inflación y el crecimiento.

 

Sin ir muy lejos, el Banco Central Europeo esta encontrando serias dificultades para dominar la inflación debido principalmente a que la suba de los costos de alimentos y gasolina está haciendo subir los precios.

 

El principal problema para los inversores es que el BCE aparece mucho más celoso en el control de la inflación que la Reserva Federal de EEUU. De ahí que el BCE tenga sus tasas de referencia más de dos puntos porcentuales por encima de la FED. Esto trae aparejado que los inversores se desprendan de dólares para invertir en euros, trayendo como consecuencia el debilitamiento del dólar y provocando la suba de las materias primas, que aún cotizan en dólares.

 

Las caídas bursátiles, a su vez, son producto de los precios del petróleo, que afecta a los beneficios de las empresas, para las cuales el transporte es vital, y obliga a las familias a reducir sus gastos.

 

¿Se está equivocando el Banco Central Europeo? Es difícil establecerlo ahora. Pero es mucho más difícil ser un banquero central en estos momentos…