Inversiones de gestión activa y pasiva: diferencias

Elegir fondos de inversión de gestión activa o de gestión pasiva es una de las decisiones que debemos tomar como inversores. Conozcamos más de ambas opciones. 

gestión activa, gestión pasiva

El mundo de la inversión se encuentra dividido en dos bandos: los inversores que defienden la gestión activa, puesto que consideran que es necesario analizar cuáles son las mejores empresas y otros activos para dar con el momento exacto en el que poder invertir. Y por otro lado, se encuentran los inversores que están a favor de la gestión pasiva, quienes prefieren replicar el comportamiento del mercado, ya que ofrece una mayor rentabilidad a largo plazo. 

De hecho, hasta hace bien poco, la gestión activa era la única opción en la industria de fondos. Actualmente, esto ha cambiado ya que cada vez son más los inversores que se dejan convencer por las ventajas de la gestión pasiva, que en países como Estados Unidos ya suponen el 50% del total de fondos comercializados por las entidades. 

MEJORES FONDOS DE INVERSION

Veamos en qué consiste exactamente cada gestión: 

Gestión activa

Se trata de un proceso de inversión a través del cual el analista o gestor selecciona aquellos activos que considera que mejor se van a comportar en el futuro. Para llevarlo a cabo, hace uso de herramientas como el análisis técnico o el análisis fundamental

La gestión activa tiene como mayor objetivo batir la rentabilidad del mercado. Para tratar de conseguirlo, el gestor debe estar continuamente analizando el mercado en busca de oportunidades de inversión, seleccionando solamente aquellos valores que considere que mejor van a comportarse de cara al futuro y haciendo además un seguimiento continuo de los valores que componen la cartera. 

El nombre de esta gestión viene dado porque la participación de los inversores es fundamental para determinar la rentabilidad del fondo

Gestión pasiva

Por el contrario, el objetivo principal de la gestión pasiva es replicar la evolución de un índice bursátil, y para ello se basa en la hipótesis de los mercados eficientes. En esta teoría, el precio de un activo contiene toda la información disponible, de manera que se encuentra perfectamente valorado en todo momento. 

La función del gestor se limita a seleccionar todos los activos que componen un determinado índice con los pesos relativos que corresponda. Es decir, un fondo de inversión pasiva que replique el comportamiento del IBEX 35 tendrá en su cartera acciones del banco Santander, de Telefónica, de BBVA… así como del resto de empresas que componen el IBEX, respetando los pesos relativos de cada una de ellas dentro del índice. 

El gestor simplemente debe centrarse en replicar uno o varios índices bursátiles. Esto supone una tarea mucho más sencilla que la que realizan aquellos gestores que deben analizar y seleccionar los títulos que formarán parte de la cartera del fondo. Precisamente por este motivo, los fondos de gestión pasiva ofrecen comisiones mucho más bajas que los de gestión activa. 

Este tipo de inversiones se llevan a cabo haciendo uso de instrumentos específicos que replican el comportamiento de ciertos índices, como pueden ser los ETFs y los fondos indexados. 

Las principales diferencias entre las inversiones de gestión activa y pasiva son: 

  • En las gestiones activas, las comisiones resultan elevadas por el papel del gestor. En cambio, en la gestión pasiva, las comisiones son muy bajas por la reducida intervención del gestor. 
  • En la gestión pasiva se invierte, fundamentalmente, en fondos indexados y ETF. Por el contrario, en la gestión activa, los fondos invierten directamente en determinados activos, bonos y acciones. 
  • El objetivo de la gestión activa es superar al mercado, y en el caso de la gestión pasiva, el objetivo es replicar el comportamiento del mercado. 
  • La gestión pasiva se centra en la inversión a largo plazo, en la gestión activa, se busca rentabilidades a corto y largo plazo.