En lo que llevamos de este año, parece que los inversores han apostado por las energías alternativas o renovables, tal como lo demuestran los mejores fondos europeos del sector renovables los cuales superan el 30% de rentabilidad.
En este sentido el tema esta centrada en la inversión en energía renovable o nuclear, aunque hasta hoy no existen fondos especializados en energía nuclear para poder comparar sus rentabilidades. Lo que sí existe es un ETF (fondo cotizado) en Londres centrado en esta fuente de energía, el ETFS WNA Global Nuclear Energy Fund de ETF Securities, que posee una rentabilidad de cerca del 10%, lo que representa solo la tercera parte de lo que ofrecen los mejores fondos de inversión en energías alternativas.
Asi como los fondos que injerten en energías alternativas colocan su capital en empresas españolas como Gamesa o Iberdrola Renovables, este ETF invierte en empresas dedicadas de alguna forma a la energía nuclear, como la francesa Areva, la japonesa Hitachi o la australiana Paladin.
En general la forma en que funcionan estos dos productos es similar, pero no se puede realizar una comparación entre iguales ya que sus características son diferentes, como que los inversores en fondos operan a un plazo mayor y son, por tanto, más fieles que los que compran ETFs.
Una cuestión a considerar es si aun queda valor en las energías alternativas o vamos a por las nucleares. Según los expertos las empresas de energías alternativas han agotado su potencial, y señalan que los catalizadores a corto plazo son limitados y el potencial hasta el precio objetivo es reducido. Así es que los expertos de la firma estadounidense rebajaron la recomendación sobre los títulos de Iberdrola Renovables y EDP Renovaveis a neutral desde sobreponderar y mantuvieron a EdF Energies Nouvelles en infraponderar.
Otra duda que podría plantearse antes de invertir en estos sectores es si las energías alternativas podrán asumir toda la demanda a medio plazo. Además, otras dudas que genera el debate es si, de verdad, la energía nuclear es segura y no produce gases de efecto invernadero, y si el uranio no es otro combustible sólido limitado.
Según los expertos, la solución parece ser la diversificación de las energías, incluyendo la nuclear.