La inversión en coches clásicos ¿La última tendencia que no podrás seguir?

Se suele decir, con razonable acierto, que prácticamente existe un modelo de inversión para cada perfil inversor. Pero, también es cierto, que en los últimos años la tendencia es la de acercar al máximo todos los modelos de inversión a cualquier potencial inversor. Esto lo podemos comprobar tranquilamente en los fondos de inversión, un producto que se ha vuelto más asequible desde el punto de vista de las aportaciones en la última década. Aún y todo existen inversiones que parecen vetadas para la gran mayoría de usuarios; la tendencia a invertir en coches clásicos de ser una de estas.

No estamos hablando desde luego de apuestas que pueda seguir la mayoría de personas, es más, en todo caso se trataría de decisiones particulares de personas con mucho capital para los que la compra de determinados activos tiene valor intrínseco incluso independientemente de su revalorización, aunque en la mayoría de casos esta está asegurada.

A 1962-63 Ferrari 250 GTO Berlinetta is displayed during a preview for the Bonhams Quail Lodge car auction in Carmel

La inversión en lo exclusivo

No hace mucho sabíamos de los precios de la que se considera la casa con mayor coste por metro cuadrado del mundo situada en Hong Kong, existen otros hitos relevantes en esta misma línea como el hecho de pagar casi 250,000€ por una botella de vino de 1947.. evidentemente querían escapar de realizar estas compras (aunque no siempre son personas particulares como ocurre en el mercado del arte) puede tener la tendencia a disfrutar de la adquisición pero, también existe una tendencia innegable a la inversión en este tipo de activos buscando sus revalorizaciones a corto y medio plazo, revalorizaciones realmente importantes.

Lo de los coches clásicos no es una novedad; se viene considerando una buena inversión prácticamente desde la década de los 80 del pasado siglo, aunque, es cierto que se trata de una tendencia importada de Estados Unidos y que en Europa alcanzará mayor relevancia bien entrada la década de los 90. Lo que realmente sorprende en la actualidad es el enorme movimiento alrededor de este mercado tan limitado de vehículos y los precios que están alcanzando.

Durante el pasado año, en una transacción privada, un Ferrari 250 GTO alcanzaba un precio récord superior a los 50 millones de dólares, mientras que, otro vehículo del mismo modelo alcanzaba en una subasta en el precio de 38,1 millones de dólares. ¿Qué está ocurriendo?

Es cierto que se trata de un vehículo tremendamente selecto, entre el año 1962 y 1964 se fabricaron 32 unidades  hechas a mano y se considera uno de los top en máximos del coleccionismo de vehículos clásicos, sin embargo, el récord establecido en la subasta (no hablamos ya de la venta privada) suponían prácticamente un 35% más de valoración que el anterior precio obtenido por uno de estos vehículos. Hasta aquí podríamos suponer incluso que se trata de una cuestión individual, de un vehículo muy buscado que multiplica su valor en favor de la demanda existente, sin embargo, hay más que analizar…

Elvis rolls royce

Apuntando a la tendencia

La subasta en la que se comercializó el Ferrari 250 GTO, Alcanzaba ingresos récord, pero, no sólo por la venta de este vehículo, hasta nueve vehículos más marcaban registros récord, siendo los principales de entre estos:

  • Varios modelos clásicos de Ferrari

  • Un Rolls-Royce que perteneció a Elvis Presley

  • Un par de Maseratis

  • Un Austin Mini de 1962

Es decir, los récords no se batían de manera casual e individual, formaban parte de una tendencia que, además, se vería confirmar este año en el informe del Índice Selectivo de Hagerty Insurance sobre 25 coches clásicos que aumentaba nada menos que un 35% respecto al pasado año.

Obviamente esto ha hecho reflexionar mucho y que la pregunta sobre el modelo de atractivo que representa el vehículo clásico esté rondando los medios especializados estadounidenses. Debemos tener en cuenta además que esta tendencia parece presentar un choque entre la voluntad del coleccionista/inversor privado y la inversión organizada, por ejemplo, algo que podemos detectar en los problemas que el Fondo de Automóviles Clásicos, un fondo de inversión orientado precisamente en este sentido, tuvo al poco de nacer.

En cualquier caso, desde luego, esto que parece una tendencia a elegir un activo que ya era valorado pero que sin duda lo será más si sigue esta línea, queda reservado para muy pocos bolsillos.

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